Amazonía, eje de desarrollo sostenible

En el país se alzan cerca de 81 ecosistemas boscosos que están en riesgo; reunidos, tienen un tamaño superior al de España. Tan solo una de esas hectáreas puede producir oxígeno suficiente para cubrir las necesidades anuales de 20 personas.

El MinAmbiente financia proyectos por medio de las corporaciones, involucrando a campesinos y a comunidades en la plantación de especies multipropósitos de árboles, arbustos y palmas, entre otros.

El Incentivo Forestal Amazónico es un pago por servicios ambientales del Ministerio de Ambiente, a través del programa REM Visión Amazonía, para mantener el bosque en pie en una región asediada por la deforestación.

La sinergia entre la sabiduría ancestral y la ciencia, una herramienta para proteger las cuencas hídricas de la Amazonía.

Ganadería, agricultura sostenible y meliponicultura son alternativas que apuntan al balance entre conservación ambiental y desarrollo económico, uno de los pilares para la protección de la Amazonía.

El trabajo realizado en este territorio, ubicado sobre la ribera del Caquetá y limítrofe con Brasil, ha demostrado que las ideas occidentales pueden encontrarse con las ancestrales en pro de las comunidades indígenas.

El equilibrio entre producción económica y conservación ambiental es uno de los grandes retos frente a la preservación de la Amazonía. La implementación de políticas públicas puede aportar a la solución.

Desde Putumayo y Cauca, voces que narran cómo ha sido la experiencia de reforestar el territorio que habitan y cómo esta labor ha transformado su entorno, su economía, su vida y la de la comunidad.

La meliponicultura, la cría de abejas nativas sin aguijón, busca preservar una de las zonas más biodiversas de la Amazonía y generar un modelo de economía sostenible.

Cerca de mil hectáreas intervenidas y 423.935 árboles sembrados; bosques recuperados y huertas agroforestales traen bienestar y sustento al Putumayo.

Desde Colombia, Brasil y Ecuador, voces que reflexionan sobre la importancia de preservar la tradición indígena ante la amenaza de la pandemia de COVID-19

En esta región, una de las más biodiversas de Colombia, avanza un proyecto que ha promovido el conocimiento del bosque y las alternativas productivas sostenibles.

Resguardar los recursos naturales y poblaciones locales exige un trabajo mancomunado entre diferentes sectores y programas. La Unión Europea ha puesto su apoyo en soluciones holísticas.

En la carrera por protegerla, el pasado expiró. Las acciones del presente le apuestan al desarrollo sostenible. ¿Y el futuro qué traerá? La Unión Europea puede ser un gran aliado para un mejor mañana.

El inminente riesgo de que un ecosistema de bosque tropical se convierta en uno de sabana, más seco, exige acciones urgentes y concertadas entre diferentes sectores.

El encuentro de dos culturas, la campesina y la indígena, en Solano, Caquetá, se constituye en una respuesta ante la amenaza de la deforestación del bosque amazónico.

Las riberas del Amazonas y sus afluentes han sido cuna de mujeres que no solo velan por su cuidado y conservan su biodiversidad sino que subsisten gracias a ella.

Frenar las amenazas a la Amazonía requiere de acciones conjuntas. Con su apoyo a 56 programas y una inversión aproximada de 170 millones de euros, la Unión Europea es parte de la solución.

Codicia por colmillos de jaguar, tráfico de tortugas entre fronteras o comercio de madera de árboles en vía de extinción son algunos de los delitos contra el medioambiente en la región Andes–Amazonía. Hacerles frente requiere de la cooperación entre sectores y países.